Lo cojo, lo aprieto en mi pecho soñando el tiempo y sonrrio y miro al cielo añorando el sonido que me hace sentir y cierro los ojos y veo la ilusion que palpita dentro, guardandolo en el secreto del silencio que me empujan tus pasos de aqui.
De mi lo mejor que puedo decir es que sigo teniendo ilusion por la vida y unas insolentes ganas de escribir,lo peor,que soy contradictorio,es decir,humano.
El flujo. Asomando por las esquinas, como si la vida no cupiera en este mundo, hay fragmentos de los días normales, rutinarios, que tienen su propia poesía, precisamente en eso, en lo anónimo del tránsito. Las cosas que nunca recuerda nadie, ni siquiera uno mismo. Los momentos que a veces suceden y nadie registra, no ya en la memoria sino ni siquiera en la mirada. Aquellos que no son apasionados, ni intensos, ni especiales ni extraordinarios. Los instantes fugaces que nos dan la piel, los años: el flujo
Su herida golpead de vez en cuando;no dejadla jamás que cicatrice.Que arroje sangre fresca su dolor y eterno viva en su raíz el llanto.Si se arranca a volar, gritadle a voces su culpa: ¡ que recuerde!Arrojadle pellas de barro oscuro al rostro.Si en su palabra crecen las flores nuevamente,pisad su savia roja hasta que nazcan lívidas, como manos de muerto.Talad: que no descuelle su corazón de música oprimida.Porque esa es vuestra ley, tan extraña a la mía:si un río se alza para hablar con la luna,ponedle un dique oscuro.Si una estrella olvidando su distancia se mece en los agraces labios de un muchacho,denunciadla a los astros.Cuando un corzo se beba la libertad y el bosque,atadlo como a un perro.Si hay algún pez que aprende a vivir sin el agua,negadle orilla y tierra.Si el alba se deslumbra con claridad ajada,poned las hojas verdes de la noche en sus ojos.Si hay un hombre que tiene el corazón de viento,llenádselo de piedrasy hundidle la rodilla sobre el pecho.
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